Los científicos están buscando el periquito del Sinú, que no ha sido documentado desde 1949
Please wait while you are redirected...or Click Here if you do not want to wait.Esta semana, en el noroeste de Colombia, un equipo de investigadores está en la búsqueda del periquito del Sinú (Pyrrhura subandina), una especie que no ha sido documentada oficialmente en más de 70 años. Tras décadas de un violento conflicto civil, uno de los beneficios de la paz en Colombia ha sido la posibilidad de descubrir si, después de todos estos años, esta especie endémica sigue escondida en los bosques amenazados, pero poco explorados del país.
Situado en la costa Caribe de Colombia, la mayor parte del departamento de Córdoba son tierras bajas de menos de 100 metros de altitud. Llamado así por el río que atraviesa el departamento, el periquito del Sinú fue documentado por última vez en 1949, en los bosques secos del piedemonte del país. Desde entonces, la ganadería, la agricultura y la tala ilegal han hecho estragos en este bosque; “el 90% del bosque seco ha desaparecido”, según Hugo Herrera Gómez, presidente de la Sociedad Ornitológica de Córdoba.
El periquito del Sinú, que era considerado una subespecie del perico pintado (Pyrrhura picta), sólo ha sido reconocido recientemente como especie separada, muchas décadas después de que se viera el último individuo vivo. Por ello, se sabe muy poco sobre su reproducción, sus necesidades nutricionales, su ecología o su comportamiento. Además, el conflicto civil de Colombia (que terminó oficialmente con un acuerdo de paz en 2016 entre el gobierno y las FARC) interrumpió la investigación en los bosques del país durante décadas, lo que hace imposible saber si el periquito aún habita en ellos. Algunos campesinos locales han descrito haber visto un ave de características similares en los últimos años, pero hasta ahora no hay pruebas contundentes que lo demuestren.
Esta expedición pretende remediarlo. “Es una especie única en el departamento, única en el país y única en el mundo”, dice Herrera Gómez. “Hay que hacer algo para proteger a la especie si es que aún está ahí”.
La expedición
A finales de febrero, un equipo de 14 biólogos y residentes locales (incluidos los que pueden haber visto al periquito) se embarcará en una expedición de 10 días para buscar al ave, que es una de las 25 especies perdidas “más buscadas” de Global Wildlife Conservation. La búsqueda, que Herrera Gómez llama “un sueño hecho realidad”, es una colaboración entre la Sociedad Ornitológica de Córdoba, la Asociación Calidris y la autoridad de parques nacionales de Colombia, con el apoyo de Global Wildlife Conservation y American Bird Conservancy. Herrera Gómez también destaca que, sin el entusiasmo y el apoyo de las comunidades cercanas, esta expedición no sería posible. Las organizaciones locales que apoyan la expedición son Urra SA ESP, Vortex Colombia, Colombia Birding, Café Córdoba y Urabá Nature Tours.
El equipo buscará en los bosques de tierras altas, relativamente bien conservada, de los alrededores del Alto Sinú, donde se registraron los últimos avistamientos del periquito en 1949. Aunque se sabe que esta zona es un hábitat importante para otras aves endémicas y en peligro de extinción, como el paujil colombiano (Crax alberti) y la guacharaca caribeña (Ortalis garrula), esta zona nunca ha tenido un estudio ornitológico completo, aunque hubo expediciones para encontrar el Perico del Sinú entre 2004 y 2005 por la Fundación ProAves. En el Alto Sinú, en elevaciones superiores a los 400 metros, básicamente no hay datos registrados. Los investigadores se dividirán en pequeños grupos y recorrerán secciones a través del bosque, anotando las especies que observen y escuchando los cantos. Posteriormente, subirán las listas de especies de aves que observen a eBird, una popular herramienta para científicos y observadores de aves gestionada por el Laboratorio de Ornitología de Cornell.
¿Qué encontrarán?
Herrera Gómez es optimista en cuanto a la posibilidad de que el equipo encuentre al periquito del Sinú, y cita otras especies de periquitos raras y “perdidas”. En 1999, un grupo de investigadores patrocinado por American Bird Conservancy y Loro Parque Fundación encontró el raro loro orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis). Antes de su reaparición, los ornitólogos se preguntaban si la especie se había perdido. Y como los investigadores encontraron 81 de estos loros en las alturas de los Andes colombianos, 10 años después se encontró una segunda población en los bosques de las laderas. La cotorrita de Perijá (Pyrrhura caeruleiceps) y el loro coroniazul (Hapalopsittaca fuertesi) también se perdieron en el pasado para la ciencia. El loro coroniazul fue redescubierto en 2002, después de que décadas de conflicto civil impidieran la realización de estudios científicos. Su mayor preocupación es que, si la especie todavía existe, su población es probablemente bastante pequeña, lo que hará más difícil encontrarla.
Sea cual sea el hallazgo de la expedición, será sin duda un paso adelante para la ciencia. “Como esta zona no ha sido bien estudiada anteriormente, incluso si no encuentran el periquito, tendrán mucha información nueva que podrán traer del campo”, dice Herrera Gómez. “Cualquier cosa nueva será interesante”.